Se considera como inversión financiera, debido a que compramos la propiedad a nombre de una sociedad por acciones, es que, si bien eres dueño de un porcentaje de esta – frente a entidades como el Conservador de Bienes Raíces y SII – eres entendido como dueño de acciones de una empresa, por ende, no son consideradas como propiedades a tu nombre.
Esto te beneficia, porque no obstaculiza tu acceso a subsidios habitacionales o beneficios tributarios.