Cómo es una rodilla sana?
La rodilla es una articulación de tipo bisagra (gínglimo) que está formada por tres huesos unidos entre sí por bandas de ligamentos y tendones que conforman la bisagra. Las articulaciones permiten el movimiento entre los huesos y absorben los impactos de movimientos como el de la marcha o los movimientos repetitivos.
Los tres huesos que componen la articulación de la rodilla son:
El fémur (hueso del muslo o de la parte superior de la pierna)
La tibia (hueso de la espinilla o hueso más grande de la parte inferior de la pierna)
La rótula. La rótula se asienta sobre los demás huesos en la parte delantera de la articulación de la rodilla y se desliza cuando esta se mueve. Protege la rodilla y hace palanca con los músculos
Dentro de las articulaciones de la rodilla se encuentran importantes estructuras que facilitan la función, el movimiento suave y la estabilidad, a saber:
Cartílago: una capa dura pero resbaladiza en el extremo de cada hueso que facilita el movimiento suave entre los huesos y protege los huesos subyacentes de los daños.
Cápsula articular: una bolsa de membrana dura que rodea todos los huesos y contiene líquido que lubrica la articulación
Líquido sinovial: un líquido que lubrica la articulación y mantiene el cartílago liso y sano.
Estructuras importantes que rodean la articulación de la rodilla
Los ligamentos, los tendones y los músculos son tejidos que rodean los huesos y las articulaciones y permiten que estas se doblen y se muevan.
Los ligamentos son tejidos resistentes, en forma de cuerda, que conectan los huesos entre sí y dan estabilidad y fuerza a la articulación
Los tendones son tejidos elásticos formados por colágeno que conectan los músculos con el hueso y ayudan a estabilizar la rodilla
Los músculos son haces de células especializadas que ayudan a mantener la rodilla bien alineada, estable y en movimiento. Los dos principales músculos asociados a la rodilla son el cuádriceps y los isquiotibiales. Los cuádriceps están formados por cuatro músculos, situados en la parte delantera del muslo y son los responsables de estirar la rodilla desde una posición doblada. Los isquiotibiales están detrás del muslo y proporcionan el movimiento contrario, doblando la rodilla desde una posición recta.
El tendón del cuádriceps conecta el músculo cuádriceps con la rótula y proporciona la fuerza para estirar la rodilla. En el gráfico se puede ver los cuatro ligamentos que conectan el fémur y la tibia y dan fuerza y estabilidad a la articulación.
Los meniscos son almohadillas de tejido conectivo que actúan como amortiguadores de la parte inferior de la pierna, lo que permite la amplitud de movimiento en la articulación y actúan como estabilizadores. También ayudan a mejorar el equilibrio y la distribución del peso.
Músculos
Hay dos grupos de músculos en la rodilla. Los cuatro músculos del cuádriceps situados en la parte delantera del muslo trabajan para estirar la rodilla desde una posición doblada. Los músculos isquiotibiales, que recorren la parte posterior del muslo desde la cadera hasta justo debajo de la rodilla, ayudan a doblar la rodilla.
Referencias:
“Handout on Health: Osteoarthritis.” National Institute of Arthritis and Musculoskeletal and Skin Diseases, U.S. Department of Health and Human Services,[link](https://www.niams.nih.gov/health-topics/osteoarthritis). Consultado el 28 de abril de 2017.
“Questions and Answers about Knee Problems.” National Institute of Arthritis and Musculoskeletal and Skin Diseases, U.S. Department of Health and Human Services,[link](https://www.niams.nih.gov/health-topics/knee-problems). Consultado el 28 de abril de 2017.