Ir al contenido principal
Riesgos y complicaciones de la reparación de menisco
Actualizado hace más de 2 años

La reparación de menisco es una operación muy común y efectiva, con un 90 % de pacientes que se recuperan completamente sin consecuencias a largo plazo.

Sin embargo, como ocurre con todas las operaciones, existe un cierto grado de riesgo que dependerá de una serie de factores, como la edad, el estilo de vida, el ejercicio y el historial de lesiones y el tipo de intervención que se le va a realizar. Su cirujano puede hablarle con más detalle de estos riesgos y de si sus circunstancias específicas hacen más probable alguno de ellos.

Es normal que después de la intervención se produzca cierta hinchazón, inflamación, hematomas, rigidez y molestias. Sin embargo, estos deberían mejorar en los días y semanas posteriores a la intervención.

El riesgo de que se produzcan problemas más graves en el posoperatorio es bajo —menos de 1 de cada 100 pacientes se ven afectados—, pero puede incluir lo siguiente:

a. Daño accidental a los nervios del interior de la articulación de la rodilla

Puede producir pérdida de sensibilidad o entumecimiento (temporal o permanente)

b. Infección después de la cirugía

El riesgo de infección es bajo (menos del 1 %), pero puede causar fiebre, inflamación y dolor en la rodilla. Si tiene signos de infección, informe al cirujano lo antes posible.

Sangrado dentro de la articulación de la rodilla

Conocida como artritis séptica, puede causar dolor e inflamación.

c. Coágulos de sangre

El riesgo de que se forme un coágulo de sangre en el posoperatorio y cause problemas es muy bajo: menos de 1 de cada 1000 pacientes se ven afectados. Sin embargo, si su equipo quirúrgico considera que puede tener un riesgo mayor de lo normal, puede recibir medicación anticoagulante.

d. Fracaso de la cirugía

En un pequeño número de casos, la cirugía fracasa, ya sea porque la reparación no se consolida correctamente o porque el paciente no sigue los procedimientos de recuperación recomendados y se le saltan los puntos después de la operación. En ese caso, puede ser necesario repetir la operación.

e. Rigidez (artrofibrosis)

La rigidez después de una intervención de resección de menisco es habitual. Para minimizar la rigidez, es fundamental empezar a mover la rodilla rápidamente después de la operación. Muchos cirujanos también quieren que la rehabilitación se inicie lo antes posible después de la operación.

Aunque la mayoría de los pacientes con rigidez posoperatoria responden bien a la rehabilitación física, una excepción es cuando se desarrolla una lesión de cíclope en el posoperatorio. Esto ocurre cuando se forma una bola de tejido cicatricial en la parte delantera de la rodilla, que impide que se enderece completamente. En este caso, puede ser necesaria una operación secundaria y más pequeña para limpiar el tejido cicatricial.

f. Debilidad e inestabilidad de la rodilla

Aunque la resección de menisco es una intervención común y ampliamente practicada con altas tasas de éxito, un pequeño número de pacientes experimentan debilidad y/o inestabilidad a largo plazo después de la operación. En algunos casos, puede ser necesaria una segunda intervención quirúrgica.

Si cree que tiene alguna de las complicaciones detalladas anteriormente cuando esté en casa, póngase en contacto con su médico.

¿Ha quedado contestada tu pregunta?