La articulación de la rodilla es la más grande del cuerpo y está formada por tres huesos: el fémur (hueso del muslo), la tibia (hueso de la espinilla) y la rótula.
La articulación se apoya en los ligamentos (bandas fuertes de tejido conectivo) que unen los huesos entre sí y ayudan a controlar y apoyar el movimiento de la rodilla.
La articulación de la rodilla también contiene los meniscos, dos almohadillas de cartílago en forma de C que están unidas a la parte superior de la tibia. Los meniscos actúan como amortiguadores, puesto que ayudan a proteger y estabilizar la articulación y permiten que la rodilla se flexione suavemente.
Acerca de los meniscos
Los meniscos de la rodilla cumplen varias funciones:
Cuando se está erguido, ya sea corriendo, caminando o simplemente de pie, el peso se transfiere a través del hueso del muslo a la espinilla y hasta los pies. Los meniscos actúan como un cojín protector que impide que los dos huesos se toquen y rechinen entre sí cuando la rodilla se mueve.
Absorben las tensiones que se transmiten a través de la rodilla cuando nos movemos
Debido a su forma particular, distribuyen la carga uniformemente a través de la rodilla, lo cual ayuda a prevenir el desgaste excesivo en una zona
¿Qué es una rotura de menisco?
Las roturas de menisco son muy comunes, tanto en forma de lesiones deportivas como de resultado del desgaste a largo plazo de nuestras articulaciones de la rodilla.
Cuando la gente habla de “rotura de cartílago” en la rodilla suele referirse a una lesión de menisco. Cuando el menisco se daña, y la superficie que permite que los huesos se deslicen unos sobre otros en la articulación de la rodilla deja de ser lisa, se produce una irritación, a menudo acompañada de dolor, rigidez y, a veces, “bloqueo” cuando la rodilla se dobla y se endereza.
a. Causas
Las roturas de menisco suelen producirse durante la práctica deportiva. Pueden estar causadas por una lesión de contacto o sin contacto, por ejemplo, por cambios bruscos de dirección, torsiones o movimientos de parada. También puede producirse al realizar ejercicios con una flexión profunda de la rodilla —como una sentadilla o una estocada— levantando pesos pesados.
Con la artrosis los meniscos también pueden degenerarse con el tiempo, y a medida que el tejido envejece y se desgasta puede ser propenso a romperse. A veces, algo tan simple como torcerse de forma extraña al subir las escaleras, o al sentarse o levantarse de una silla, puede ser suficiente para provocar una rotura. Puede que ni siquiera sea consciente de que ha pasado algo en ese momento.
b. Síntomas de la rotura de menisco
Es posible que sienta un “chasquido” cuando el menisco se rompa. Sin embargo, la mayoría de las personas pueden seguir caminando normalmente con la pierna lesionada, y los deportistas a menudo pueden seguir jugando con una rotura.
Sin embargo, unas horas —o incluso uno o dos días— después, la rodilla suele estar rígida e inflamada.
Otros síntomas comunes de una rotura de menisco son:
Dolor —que puede variar en intensidad— y puede aparecer y desaparecer
Reducción de la amplitud de movimiento de la rodilla
La rodilla se “bloquea” o se “engancha”
Inestabilidad en la rodilla
Sin embargo, cuando el daño en el menisco es degenerativo, la aparición de los síntomas puede ser más lenta y gradual, por lo que puede pasar relativamente desapercibida.
c. Diagnóstico de una rotura de menisco
Cuando el médico le examine la rodilla, buscará cualquier sensibilidad a lo largo de la línea articular, ya que es uno de los indicadores más comunes de una rotura de menisco.
También puede realizar la prueba McMurray. El médico flexionará y rotará la rodilla, y cualquier dolor resultante, chasquidos o sensación de “golpeteo” dentro de la articulación indicará un desgarro.
Debido a que estas pruebas no son definitivas, el médico también puede pedir una resonancia magnética para evaluar los tejidos de la rodilla y comprobar si hay alguna lesión asociada en la rodilla, como una rotura del LCA.
d. Clasificación de las roturas
Las lesiones de menisco se clasifican según la gravedad de la rotura:
Rotura menor: dolor e inflamación leves, que suelen desaparecer en 2 o 3 semanas
Rotura moderada: dolor en el lateral o en el centro de la rodilla, la inflamación aumenta durante 2 o 3 días, pero normalmente se puede caminar. Los síntomas pueden remitir durante una o dos semanas, pero vuelven a aparecer tras una torsión o un uso excesivo.
Roturas graves: los fragmentos del menisco desgarrado pueden entrar en la articulación, lo cual provoca que la rodilla se enganche, cruja o se bloquee. Es posible que no pueda estirarla. La rodilla puede notarse “tambaleante” o ceder sin previo aviso.
Tratamiento
Cuando las roturas son relativamente menores, con frecuencia pueden repararse por sí solas con el tiempo, normalmente entre 6 y 8 semanas. Además, muchos tipos de roturas degenerativas no requieren cirugía.
Sin embargo, si el desgarro es más grande, los síntomas son más importantes o no responden a otras formas de tratamiento con el tiempo, puede ser necesaria la cirugía para reparar la rotura.
Su edad, historial médico y estilo de vida también serán un factor para decidir qué opción es la más adecuada para usted.
a. Tratamiento conservador
Hay una serie de opciones disponibles para ayudarle a recuperarse sin cirugía. Entre ellas se encuentran:
RICE (reposo, hielo, compresión y elevación): es mejor aplicarlo lo antes posible después de la lesión y continuarlo durante varios días
Medicamentos antiinflamatorios
Fisioterapia para mejorar la fuerza muscular alrededor de la rodilla, estabilizar la articulación, reducir el dolor y la inflamación y prevenir la reaparición de la lesión en el futuro
Ortesis: es posible que le den una rodillera o un soporte para estabilizar la rodilla y limitar el movimiento mientras se repara el menisco
Inyecciones de cortisona para reducir el dolor y la inflamación
b. Cirugía
Es posible que se le recomiende una reparación quirúrgica por uno de los siguientes motivos
La rotura no responde a un tratamiento más conservador.
La zona del menisco no tiene suficiente flujo sanguíneo para repararse de forma natural.
La parte desgarrada del menisco le está causando mucho dolor, o está perjudicando el funcionamiento de la rodilla y debe ser extirpada.
La rotura es compleja y es necesario recortar la zona dañada para mejorar la función de la rodilla.
Dependiendo de la gravedad de la rotura y de sus causas, la cirugía puede consistir en reparar el menisco desgarrado o en extirpar la parte dañada.
Si la rotura es degenerativa, es decir, el resultado de un desgaste prolongado, generalmente requerirá la extirpación de una parte del tejido dañado, mientras que las lesiones deportivas y de impacto y los desgarros menos graves, a menudo pueden repararse con una cirugía mínimamente invasiva.
Referencias
Recuperación posoperatoria
Una resección de menisco tardará en recuperarse, generalmente entre 3 y 4 meses, dependiendo de una serie de factores, entre ellos:
su edad y estilo de vida
su historial médico y cualquier afección subyacente
la forma física y la actividad que tenía antes de la lesión
el grado de cumplimiento del programa de rehabilitación
La rehabilitación posoperatoria es uno de los elementos más importantes del proceso de recuperación y puede influir significativamente en la rapidez y plenitud de su recuperación.
Si se ha sometido a una operación de resección de menisco —ya sea una meniscectomía o una meniscectomía parcial (extirpación de una parte o de la totalidad de la parte dañada del menisco)— la recuperación suele ser rápida.
Es probable que se le pida que descanse la rodilla durante 1 o 2 semanas antes de comenzar la rehabilitación para que vuelva a la normalidad.
El cirujano le explicará el programa que quiere que siga.
Como parte de la rehabilitación, esta aplicación le guiará a través de una serie de ejercicios para restablecer la amplitud de movimiento, la fuerza y la estabilidad de la rodilla, y para ayudar a prevenir futuras lesiones.
Una vez iniciada la rehabilitación, es importante seguir al pie de la letra las indicaciones de la aplicación. Ignorar o exagerar los ejercicios de rehabilitación puede perjudicar la velocidad y la calidad de su recuperación.
Aparatos ortopédicos
Si se ha sometido a una resección de menisco, es poco probable que tenga que usar una rodillera después de la operación.