Producir bajo demanda: plantamos árboles bajo encargo directo de las personas que van a consumir sus frutos.
Recolectar bajo pedido: las personas dueñas de los naranjos utilizan sus árboles como despensa natural. Los frutos se recolectan y envían según los van consumiendo.
Aceptar la estacionalidad de la fruta: hay naranjas cuando el árbol da naranjas. Y punto.
Evitar todo el desperdicio de “fruta fea”: desterrar los estereotipos de belleza que se le exige a la fruta a día de hoy. No importa su tamaño, ni si tiene alguna marca en la piel. Lo importante es que sea fresca, esté buena y no aplicar ningún tratamiento de conservación ni embellecimiento a la piel.