Generalmente, aún puedes entrenar con dolor muscular leve (dolor leve o una leve punzada al flexionar el músculo). Lo que es clave aquí es asegurarte de calentar adecuadamente los músculos involucrados. Después de calentar, deberías poder rendir a tu máxima capacidad, incluso con un poco de dolor.
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Ahora bien, si experimentas dolor muscular severo (hasta el punto en que hacer cosas cotidianas como sentarse en el inodoro es apenas manejable o causa dolor intenso debido al dolor muscular), es mejor darle un respiro a tus músculos y dejarlos recuperarse en lugar de trabajarlos en tu próxima sesión. En este caso, puedes simplemente omitir el(los) ejercicio(s) que apuntan a los músculos adoloridos y terminar tu entrenamiento sin ellos.