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La menopausia y el suelo pélvico
La menopausia y el suelo pélvico
Actualizado hace más de una semana

Escrito por Laura Justin, fisioterapeuta en Australia

La menopausia puede definirse como el último período menstrual de una mujer, hecho que se confirma después de 12 meses sin ningún sangrado mensual (o tras la extirpación de los ovarios por medio de cirugía).

Normalmente, quienes no se han sometido a cirugía ni sufrido daños en los ovarios, comienzan a experimentar la menopausia entre los 40 y los 58 años.

La perimenopausia es la transición que conduce al último período y se caracteriza por fluctuaciones en los niveles hormonales y síntomas específicos. Desde el inicio de esta transición, pueden pasar hasta 6 años antes de que aparezca la auténtica menopausia.

¿Qué cambios experimenta el cuerpo durante la menopausia?

Los cambios experimentados durante la perimenopausia y la menopausia se deben a la fluctuación y reducción final del número de hormonas, especialmente del estrógeno.

El estrógeno es responsable de:

  • Estimular el crecimiento del tejido mamario

  • Mantener el flujo sanguíneo y el nivel de lubricación vaginal

  • Que el revestimiento del útero se engrose durante el ciclo menstrual

  • Garantizar la elasticidad del revestimiento de la vagina

  • Muchas otras funciones, incluido preservar la densidad ósea

Los niveles de estrógeno fluctúan y se vuelven impredecibles durante la perimenopausia.

Con el tiempo, la producción de esta hormona cae a niveles muy bajos. Esto puede hacer que algunas mujeres experimenten síntomas como sofocos, sudores nocturnos,

palpitaciones, dolores de cabeza, insomnio, fatiga, pérdida de masa ósea, depresión y dolores musculares. Igualmente, es posible experimentar cambios en la función sexual, como sequedad vaginal y disminución de la libido. Recuerda que no todas las mujeres padecen todos estos síntomas y algunas prácticamente no sienten molestias durante esta etapa de sus vidas.

¿Cómo afecta todo esto a mi suelo pélvico?

El estrógeno desempeña un papel clave a la hora de mantener en buen estado, fuertes y flexibles, los tejidos de la vulva, la vagina, la vejiga y los músculos del suelo pélvico. A medida que los niveles de estrógeno disminuyen con la menopausia, los tejidos de la vulva, la vagina y la uretra pueden reducir su grosor y perder elasticidad. La lubricación de la vagina disminuye y los músculos del suelo pélvico pierden grosor y elasticidad.

Alrededor del 50 % de las mujeres que experimentan la menopausia describen síntomas pélvicos molestos como:

Síntomas en la vagina/vulva:

  • Sequedad

  • Ardor/picores

  • Acortamiento y estrechamiento de la vagina

Síntomas en la vejiga:

  • Urgencia urinaria (necesidad de orinar con más frecuencia o dificultad para retener la orina)

  • Incontinencia urinaria (pérdidas)

  • Infecciones de vejiga

  • Infecciones recurrentes del tracto urinario

  • Estrés Incontinencia urinaria (pérdidas al toser, estornudar o hacer ejercicio)

  • Dolor al orinar (disuria)

Síntomas sexuales:

  • Dolor o malestar durante las relaciones sexuales (dispareunia)

  • Pérdida de la libido

Sensación de pesadez:

  • Prolapso de órganos pélvicos

¿Qué debo hacer para cuidar mi suelo pélvico durante la menopausia?

Hay pruebas de que el entrenamiento de los músculos de la zona puede ayudar a reducir los síntomas pélvicos asociados con la menopausia.

El entrenamiento regular de estos músculos, a través de ejercicios de Kegel o con un entrenador del suelo pélvico, puede contribuir a reducir la pérdida de tono o fuerza muscular que acompañan a los cambios hormonales de la menopausia. Si mantienes estos músculos fuertes y saludables, adoptarán la forma de una hamaca situada bajo los órganos pélvicos que los eleva y los sostiene, reduciendo la sensación de pesadez o el abultamiento de la vagina (prolapso). Además, estos músculos ayudan en el proceso de cierre de la uretra y reducen la incontinencia urinaria.

Es común experimentar una pérdida de la función sexual durante la menopausia. Mantener un suelo pélvico fuerte, mediante su entrenamiento localizado, puede ayudar a aumentar el placer sexual y la intensidad de los orgasmos tanto para la mujer como para su pareja. Quienes experimentan sequedad vaginal pueden aplicarse cremas tópicas de estrógeno en la vagina para reducir las molestias, la picazón y el ardor, contribuyendo a aumentar así el placer durante las relaciones sexuales.

Otros consejos de vida saludable durante la menopausia

Mantenerse activa y en forma durante esta etapa de tu vida es importante tanto para el bienestar general como para reducir los síntomas de la menopausia. El entrenamiento de fuerza con resistencia (como los de carga) ayuda a mantener el tono muscular y la masa que a menudo perdemos con los cambios hormonales que conlleva la menopausia.

También es importante realizar ejercicios que someten esta zona a cargas de peso como caminar o correr, dado que contribuyen a mantener la densidad y fuerza óseas. Esto resulta de gran importancia durante y después de la menopausia, dado que en esa fase existe un mayor riesgo de sufrir osteoporosis y fracturas.

Mantener un nivel de actividad adecuado y una dieta saludable contribuye a mantener un peso saludable y reduce el riesgo de afecciones como enfermedades cardiovasculares y depresión, que también afectan con más frecuencia a las mujeres tras la menopausia.

Habla con tu médico si experimentas algún síntoma preocupante relacionado con los cambios de la menopausia, ya que sabrá ayudarte a cuidar de tu salud y tus niveles de hormonas durante esta complicada etapa.

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