La potencia y, por tanto, la velocidad de recarga de un vehículo pueden depender de varios factores.
Esto explica por qué la potencia máxima de un cargador no coincide con la potencia real de uso de una sesión de recarga.
🚘 La limitación técnica de tu vehículo
Los fabricantes restringen la potencia máxima que pueden alcanzar los distintos modelos de vehículos eléctricos.
Por ejemplo, el Peugeot e-208 puede alcanzar una potencia máxima de 100 kW, mientras que un Tesla Model 3 puede alcanzar los 170 kW.
Para saber cuál es la capacidad de recarga máxima autorizada, te recomendamos contactar con tu concesionario y/o consultar el manual de tu vehículo.
💡 La potencia máxima de recarga no suele ser lineal en su totalidad.
🔋 El nivel de carga de la batería
En general, la potencia cae en picado a partir del 80% de la recarga de la batería.
Esto se debe a un fenómeno físico de las celdas que componen la batería.
Podemos comparar este proceso con el de llenar un vaso de agua hasta arriba: primero se abre el grifo al máximo y luego, poco a poco, sólo se vierte un chorrito de agua para evitar que el vaso rebose.
🌡 Temperatura exterior
Una batería demasiado fría o demasiado caliente afecta mucho a la potencia del vehículo y a la velocidad de recarga.
Algunos coches disponen de la opción de preacondicionar la batería. De este modo, el vehículo prepara la batería para que esté en condiciones óptimas de recarga al llegar a la electralinera (generalmente entre 20 °C y 30 °C).
👥 Ocupación del cargador / de la electralinera
Cuando dos vehículos están recargando en el mismo cargador, la potencia total disponible del cargador se divide entre ambos.
En casos muy poco frecuentes, lo que limita la recarga es la conexión de la electralinera a la red eléctrica. Esto sólo concierne a unas pocas electralineras de nuestra red y sólo en periodos de mucho tráfico (electralineras saturadas).
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