Postura y suelo pélvico
Actualizado hace más de una semana

Escrito por Laura Justin, fisioterapeuta en Australia

¿Qué tiene que ver el suelo pélvico con la postura? ¡Mucho, aunque parezca raro!

El suelo pélvico (músculos y fascia) abarca toda la parte inferior de la pelvis y actúa como una hamaca que sostiene los órganos pélvicos y los mantiene en su sitio. Otra forma de imaginarse el suelo pélvico es pensando en la base de un cilindro o una lata. La tapa sería el diafragma y las paredes serían los músculos abdominales y de la columna.

Si hay algún desequilibrio, como tensión o debilidad en alguno de estos grupos musculares, puede que se refleje en la forma en la que nos sentamos o estamos de pie, nuestra «postura».

Por el contrario, si tenemos una «mala» postura o no somos capaces de mantener una postura óptima durante mucho tiempo, puede que aumente la presión en el suelo pélvico.

¡No es necesario mantener una «postura perfecta» a todas horas! Nuestro cuerpo es fuerte y se adapta y puede sentirse cómodo y seguro en muchas posturas distintas, pero si usamos de más o de menos algunos grupos musculares, puede que sea difícil encontrar posiciones cómodas.

¡Tampoco es ideal mantener una postura perfecta todo el tiempo! Sentarse en una posición muy recta y sin soporte se asocia a una mayor actividad en los músculos del suelo pélvico. A lo largo del tiempo, podría producir tensión o dolor en la zona pélvica.

Hay varias recomendaciones para mejorar la posición general y la postura, en especial si trabajas o estudias sentada durante muchas horas.

  • Sentarte con un soporte (en una silla con respaldo) es mejor si permaneces mucho tiempo sentada. Si bien sentarte en una pelota de pilates hará que algunos de tus músculos abdominales centrales trabajen un poco más, es fácil que te distraigas de tus tareas y vuelvas a caer en posturas menos adecuadas.

  • Siéntate en una superficie acolchada. Las superficies duras pueden aumentar la presión y crear incomodidad en la estructura ósea de la base de la pelvis.

  • Siéntate con las nalgas en la parte más trasera del asiento para que el respaldo sostenga la columna. La parte baja de la columna debe estar ligeramente curvada hacia dentro. Tal vez necesites un soporte lumbar, como un cojín pequeño o una toalla enrollada, para ayudarte a mantener esta postura.

  • Siéntate con el peso bien repartido entre los huesos sobre los que te sientas. No cruces las piernas.

  • Los pies deben estar apoyados en el suelo (o en un pequeño reposapiés, si lo necesitas) de forma que las caderas descansen en un ángulo de 90 grados.

  • Imagínate que tienes un hilo en la parte superior de la cabeza que tira de ti suavemente hacia arriba y mantén la barbilla ligeramente hacia abajo.

¡Sentarse bien es tan importante como sentarse menos! Los fisioterapeutas suelen decir: «Tu mejor postura es tu próxima postura». Esto significa que moverse y cambiar de postura es lo mejor que podemos hacer por nuestro cuerpo y por nuestro suelo pélvico.

Trata de levantarte cada 30-45 minutos y permanece de pie, camina o haz estiramientos un ratito. Haz varios descansos más largos en los que realices alguna actividad física a lo largo del día.

Si tienes problemas en la parte superior o inferior de la espalda, la mandíbula, el cuello o el abdomen, recuerda que también pueden afectar a tu suelo pélvico. Así que tratar estos síntomas es importante para la salud de tu suelo pélvico.

¡Y lo mismo al revés! Ejercitar el suelo pélvico de forma periódica para reforzarlo y relajarlo sirve de gran ayuda a la hora de adoptar las posturas más cómodas a lo largo del día.

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